jueves, 29 de octubre de 2009

UN DÍA CUALQUIERA

Ana Paula Rumualdo Flores


On a candy-stripe legs,
the spiderman comes.


Un par de tragos en el lugar de costumbre. El mesero sirve con familiaridad las bebidas habituales. La rutina se rompe con su mirada, con su cara de rasgos afilados. Sin recato me muestra sus piernas infinitas. Varias copas más. Su casa. Comienza el jugueteo, la seducción. Me abraza. Comienza a desnudarme. Sus piernas me acarician. El tacto es sedoso. De pronto la tersura se torna en aspereza. Centenares de alambres recorren mi cuerpo. Trato de apartarla. Me sujeta con más fuerza. Miro por encima de su hombro. Un cuerpo ennegrecido se enrosca en torno a mí. El horror. Sus brazos (o lo que queda de ellos) me irritan hasta herirme. Dedos como dagas me penetran por la espalda. Un nuevo dolor irrumpe. El horror. Somnoliento, entrecierro los ojos. Alcanzo a distinguir su cara transformada en una masa informe repleta de ojos. Un líquido helado fluye por los conductos que una vez fueron sus dedos. Una sensación abominable sugiere el desprendimiento de mis órganos. Lo indecible ocurre en mi interior, mientras ella me bebe sorbo a sorbo.

2 comentarios:

  1. Que buena forma de festejar tu cumpleaños.
    Me gustó mucho lo del desprendimiento de órganos. Estaré al pendiente de tus dedos.

    ResponderEliminar